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EL CONFERENCISTA INTERNACIONAL DE HYPER ISLAND ABRIÓ EL CONGRESO EN COLOMBIA

Mikael Ahlström describió un mundo en el que “sobrevivirá el más rápido”

Cartagena Inspira, el congreso que dio comienzo ayer en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias, arrancó con un conferencista casi inclasificable. Socio de la escuela creativa Hyper Island, CEO de Sprout Park, Britny y The Park y accionista de SUP46, él mismo se presentó como un “emprendedor en paralelo”. Ahlström, quien brindó una charla sobre “oportunidades en un mundo no lineal”, cerró anun

Mikael Ahlström describió un mundo en el que “sobrevivirá el más rápido”
Ahlström: “Hyper Island es una escuela creativa consciente de la importancia de analizar y entender la big data”.

El primer minuto de la conferencia de Mikael Ahlström definió el tono que iba a tener la siguiente hora y media. Mostró una foto de lo que parecía ser una tomografía coloreada: circular, llena de rayas y estrellitas. “¿Saben qué es esto?”, preguntó. “Un cerebro”, se atrevió a responder alguien. “¡Perfecto, un cerebro!” —pareció entusiasmarse el conferencista, que en seguida cambió el tono. “Pero no. No es un cerebro”. “¿No es internet?”, preguntó otro, mientras el primero quería que lo tragara la tierra. “Exacto, internet —respondió Ahlström—. Es el registro de dos milisegundos de la actividad de internet a escala planetaria. En azul se ve Europa; en verde, América; en rojo, Asia; y en blanco, algunas conexiones desconocidas, quizás como Pirate Bay o WikiLeaks”.
¿Qué había quedado claro en ese primer minuto? Por un lado, que Ahlström iba a proponer constantemente interacción y pequeños workshops, algunos de dos minutos de duración. Y por otro, que su propuesta, vinculada a la innovación, se basaría en la sorpresa constante.
Entre esas sorpresas constantes, quien se presentó como un emprendedor en paralelo (“me encanta dirigir empresas en simultáneo”) contó que Hyper Island nació en 1995 “alrededor de un CD-ROM, una tecnología que no iba a llevarla demasiado lejos”, y fue vinculándose poco a poco con todo el espectro de actores de la industria con los que trabaja hoy: agencias de publicidad y de diseño, medios de comunicación (desde revistas hasta diarios, pasando por canales de TV y portales de noticias) y, en general, cualquier empresa vinculada de algún modo a la innovación.
Dirigiéndose a la mayoría de publicitarios y hombres de la comunicación que componían el auditorio, Ahlström remarcó que un cambio —“como el que ustedes, publicitarios, pretenden generar en sus audiencias”— es más fácil cuando sus resultados se ven en cifras. Para ejemplificarlo, narró la pequeña historia de su deseo de adelgazar y la balanza que compró para su baño: “Después de proponérmelo muchas veces y fracasar, me alcanzó con empezar a ver el cambio en cifras, en la balanza, para desear seguir bajando y lograrlo. Si quieren que alguien cambie, muéstrenle en cifras el resultado de su cambio progresivo: así, seguirá cambiando”. Al respecto, señaló además que la comprensión de la big data, “algo que puede parecerles muy aburrido”, está resultando vital para generar trabajo creativo o, al menos, con resultados. Sobre ese punto destacó el caso de Amazon, que supo aprovechar la data que obtenía de sus compradores para entender qué otras cosas podía llegar a comprar cada uno y llegar, así, a ganancias extras absolutamente inesperadas.
Consciente de la importancia que ese auditorio publicitario le viene dando en los últimos años a la palabrita mágica storytelling, el gurú de la innovación la mencionó, pero sólo para hacerla evolucionar: “Hoy deberíamos estar hablando de storybuilding: la vieja construcción de marcas ha evolucionado hacia una construcción de historias, que hacen que las marcas sean relevantes para las personas”.
Los ejemplos con que cerró la concatenación de brevísimos workshops y casos impactantes de innovación (entre ellos, un mapa animado de Manhattan que iba, por colores, señalando cómo iban cambiando, durante el día, los tipos de comercios a los que se dirigían los neoyorquinos según la hora) resultaron siempre en línea, y le permitieron llegar a una frase contundente, casi de título de película, que encabeza esta nota: “The survival of the fastest”.

Redacción Adlatina

Por Redacción Adlatina

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