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El debate por las armas golpea a la industria de los juguetes bélicos

(Advertising Age) - La tragedia de Newtown despierta preocupaciones sobre las armas de juguete y pone a los fabricantes a la defensiva.

El debate por las armas golpea a la industria de los juguetes bélicos
La polémica por las armas de juguete se suma a la de los videojuegos violentos, con la perturbada sociedad norteamericana como marco.

A medida que el debate sobre el control de armas se recalienta en todo Estados Unidos, otro se va generando en el terreno de los juguetes bélicos.

Para algunos padres, el horror del tiroteo en Newtown, Conn., funcionó como disparador del deseo de tomar parte en el control de las armas de juguete, para prohibirlas en su casa y escribir posts y artículos incitando a que otros hagan lo mismo.

Meredith Carroll, columnista del Denver Post, es una de las madres que preferirían que no hubiese armas de juguete en las góndolas, y ha prohibido a sus chicos el jugar con ellas.

“Después de Newtown, puedo darme cuenta de que la responsabilidad comienza en casa”, dijo. “Mi marido y yo nos perturbamos tanto que realmente nos sentamos a pensar en el tema y nos preguntamos cómo podíamos hacer algo distinto. Nuestra casa es un pequeño nivel. Pero ¿como se empieza un movimiento? Una persona por vez”.

La señora Carroll no está hablando solamente de revólveres de juguete, sino que también quiere mantener a los videojuegos violentos fuera del alcance de sus hijos menores. Admite que no vincula directamente lo ocurrido en Newtown con los videojuegos violentos, pero cree que éstos, junto con las armas de juguete, contribuyen a “una cultura de violencia”.

No está sola. Distritos escolares en todo el país están prohibiendo el uso de esos juguetes y ya hubo varias suspensiones de jóvenes que “disparan” sobre sus compañeros de clase con sus dedos. Una niña de 5 años en Pennsylvania fue recientemente suspendida por hablar de disparar sobre sus compañeros y ella misma con un revolver rosado de burbujas de Hello Kitty.

Y los fabricantes se encuentran en una posición que no les es extraña: Sears & Roebuck retiraron todas las armas de juguete en 1968 luego de los asesinatos de Martin Luther King Jr. y Robert F. Kennedy, y ha habido muchos padres y activistas declarando en contra de esos juguetes durante años.

John Frascotti, CMO de Hasbro, fabricante de los juguetes Nerf, dijo: “Nerf está dedicada a los juegos y la diversión activos. Si usted les pregunta a los chicos en edad de empezar a jugar, y a los padres y abuelos, todos entienden que son juguetes… Entienden que es un juego y una diversión, y yo pienso que tratar de confundir esto y mezclarlo con una gran cantidad de cosas en este discurso político que se está haciendo, puede ser simplemente malo”.

Cuando se le preguntó si Hasbro había sido contactada más por padres después del suceso de Newtown que se opusieron a las armas, dijo: “No. No demasiado”.

La Toy Industry Association estuvo de acuerdo, y dijo en una declaración: “Los juguetes en sí no promueven a la conducta agresiva. No hay juguetes violentos y no violentos. Muchas veces, los ítems militares y similares pueden ayudar a los chicos a enfrentar lo que está ocurriendo en el mundo alrededor de ellos y no a fomentar una conducta directamente agresiva”. Los psicólogos y algunos maestros, de hecho, piensan de manera similar.

“Culpar a las armas de juguete por la violencia de los adultos o los tiroteos masivos está en contra del sentido común. Prohibir esos objetos puede ser engañoso, tonto e ilusorio. No tendrá impacto alguno sobre nuestra tasa de violencia adulta. Los chicos sanos conocen la diferencia entre un juego y herir a alguien realmente”, dijo Michael Thompson, autor de "Raising Cain: Protecting the Emotional Life of Boys". “Jugar a las escondidas es algo que los niños han hecho desde siempre. Lo hicieron con palos y bolas y lo hacen también con armas de juguete. A menudo representa lo mejor de los niños: su deseo de ser fuertes, heroicos y defender lo justo, proteger sus casas y matar a los villanos”, agregó.

Prohibir este tipo de juegos no es una buena idea, dijo Jane Katch, maestra y autora de "Under Deadman's Skin: Discovering the Meaning of Children's Violent Play". Ella descubrió en sus muchos años de enseñanza a los jóvenes que esa clase de juegos gira más en torno de tratar de figurarse cosas, o ver cómo se siente cuando se es un héroe, o incluso la víctima. Ella y Thompson están de acuerdo en que no hay estudios ni evidencias que vinculen el jugar con armas de juguete con los actos reales de violencia.

Las armas de juguete de hoy están ya bastante reguladas por leyes tanto federales como estatales, que ordenan que los juguetes deben estar fabricados en colores no pertenecientes a las armas, como verde, amarillo o lila, y si no, tener un cobertura naranja, dijo Jim Silver, editor de Time to Play mag online.

Los revólveres de juguete son una categoría real de productos y son muy diferentes a los blasters como Nerfs o Xploderz, dijo Silver. Las armas reales de juguete incluyen el realista Airsoft y los revólveres Hunter Dan, por ejemplo, que por ley sólo pueden dirigir su marketing a niños de 14 o más años y se venden en los pasillos de armas deportivas, lejos de los juguetes, añadió.

Nerf y otros fabricantes de juguetes de espuma y agua no parece que vayan a enfrentar boicots reales o prohibiciones. Silver apuntó que en Inglaterra, que tiene una de las legislaciones más duras del mundo, los revólveres Nerf son extremadamente populares y bien aceptadas. A pesar de que la mayor parte de las empresas del ramo no han reportado resultados hasta ahora, Silver cree que las ventas de las armas de juguete no fueron afectadas en las últimas vacaciones. Nerf, de Hasbro, la marca líder, tuvo ventas por 410 millones de dólares en 2011, una cifra similar a la de 2010.

Marc Rosenberg, CEO de SkyBluePink Conceps y veterano fabricante de este rubro, indicó que no es un tema sencillo para los industriales de juguetes, especialmente en el actual ambiente. “La clave es permitir el modelo de los juegos sin glorificar a las armas”, dijo. “Prohibir a los blasters sería una extralimitación, y no pienso que vaya a ocurrir. A veces el sentido común toma un cierto tiempo hasta revelarse”.

 

Redacción Adlatina

Por Redacción Adlatina

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