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EN LA CIUDAD DE BERKELEY

El primer impuesto a las gaseosas empezó a bajar el consumo

(Advertising Age) – Los residentes de esa ciudad bebieron un 21% menos de esas bebidas, según informó el American Journal of Public Health.

El primer impuesto a las gaseosas empezó a bajar el consumo
Las campañas a favor del impuesto a las gaseosas informan normalmente al público de los peligros de esos productos,

Las minorías y los residentes de bajos ingresos de Berkeley, California, bebieron un 21% menos de gaseosas azucaradas después de que la ciudad implementó un impuesto a esos productos, según un estudio publicado en el American Journal of Public Health.

Las investigaciones compararon las ventas de bebidas azucaradas en Berkeley durante un período de cuatro meses entre abril de 2014 y julio de 2014 contra las ventas del lapso de cinco meses del año siguiente, justo después de que el gravamen entró en efecto.

Durante el mismo período, la venta de gaseosas en San Francisco y Oakland a las minorías y residentes de bajos recursos –que son más proclives a consumir esas bebidas y sufrir consecuencias en su salud cardíaca- bajaron un 4%.

El impuesto, aprobado por los votantes en noviembre de 2014 e implementado en marzo de 2015, recarga a los distribuidores con un penique adicional por onza de bebidas azucaradas como gaseosas, bebidas deportivas y tes azucarados.

Berkeley fue la primera ciudad estadounidense en someterse al impuesto a las gaseosas, siguiendo a una campaña financiada en parte por ex alcalde de Nueva York Michael Bloomberg, frente a una inversión de 1,7 millones de dólares de la Big Soda destinada a derrotar a la medida.

Filadelfia –una ciudad mucho mayor que Berkeley- ha ido aún más lejos, con una tasa de 1,5 centavos por onza sobre las bebidas azucaradas y dietéticas. La ciudad planea utilizar los ingresos del impuesto para financiar una expansión del programa de pre-kindergarten en vigencia.

Pero en Berkeley puede no haber sido exactamente el impuesto el que hizo la diferencia. Las campañas a favor de la tasa a las gaseosas informan normalmente al público de los peligros de esos productos. “No sabemos si la reducción es el resultado del aumento de precios o también un reflejo de la mayor percepción que despertaron las campañas alrededor del impuesto”, dijo Jennifer Falbe, de la Universidad de California.

“El debate en torno a la adopción del impuesto elevó la percepción del tema, una pieza crítica de su funcionamiento”, dijo David Goldberg, vicepresidente de comunicaciones de Healthy Food America, una entidad sin fines de lucro dedicada a utilizar la ciencia para cambiar la política de salud y las prácticas industriales.

Antes de que México pusiera en vigor una tasa de aproximadamente un 10% sobre las bebidas azucaradas en enero de 2014, hubo carteles en México City que mostraban que 12 cucharaditas de azúcar se igualaban a una botella de 600 centímetros cúbicos de Coca-Cola, junto a la imagen de un hombre que había perdido parte de sus pies por diabetes.

Un estudio inicial conducido por el Instituto de Salud Pública de México, publicado en noviembre de 2015, mostró que el consumo de gaseosas había caído un 12% en el año luego de la implementación del impuesto.

“Lo que yo querría ver”, dijo Falbe, “son resultados a largo plazo que utilicen los mismos métodos, de la misma fuente de data del estudio original, antes de sacar alguna conclusión”.

En otras palabras, todavía es temprano para decir si el impuesto mexicano a las gaseosas será tan efectivo en el largo plazo como lo fue en el corto. Pero en Berkeley, por ahora, el impuesto a las gaseosas parece estar dando resultados.

 

 

Redacción Adlatina

Por Redacción Adlatina

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