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LA COLUMNA DE MARIANA HERNÁNDEZ

Niñas Tech

La columnista de adlatina.com y creative development manager en Google México reflexiona sobre el papel de la mujer en el mundo tecnológico y científico y en las claves para incentivar su participación.

Niñas Tech
Mariana Hernández: “Esto no significa un ‘no más muñecas’ sino sumar a las opciones existentes nuevas formas de estimular la imaginación y la curiosidad intelectual”.

Mis listas a los Reyes Magos (y las de todas mis amiguitas de la época) contenían, entre otros artículos, muñecos casi idénticos a bebés reales y cocinas con sus accesorios (pequeños sartenes, ollitas y demás). Qué felicidad jugar a la casita, a la comidita, a ser mujeres y madres de mentira. En los cuentos, antes éramos casi siempre hermosas y frágiles princesas rescatadas y prontas a ser desposadas y vivir felices por siempre o brujas malas abrazadas a su olla gigante llena de pócimas letales -ahora esto cambia y hay muchas más líderes y heroínas-.

Era lo natural. Lo socialmente aprobado y reforzado. En una nota de El País de 1978 (Bel Carrasco), se podía leer: “Que el rosa sea un color vergonzante para los chicos o que los juguetes bélicos les estén prohibidos a las niñas no es algo gratuito. Tanto la convención niño = azul /niña = rosa, como la diferenciación de juegos y juguetes en base al sexo, son dos manifestaciones concretas de los mecanismos que actúan sobre el individuo desde el momento de su nacimiento para iniciarle en sus respectivos papeles de hombre o mujer”.

No sabía yo que a esas alturas de mi temprana niñez algunos psicólogos ya estudiaban el papel tan estelar que los juegos, juguetes y cuentos infantiles tienen en el proceso de atribución de género.

En “A favor de las niñas” (un primer libro y luego una colección de cuentos), Elena Gianni estudia la influencia de los condicionamientos sociales, mensajes y dinámicas de los juegos y cuentos en la formación del rol femenino, sobre todo durante la niñez, que es cuando estamos definiendo nuestro ser-mujer. La manera en la que nos concebimos como mujeres no es genética, está socialmente formada, es un aprendizaje.

La evolución de esta tesis destaca y pone sobre la mesa el papel que los mensajes y aprendizajes sociales tienen en la atribución de genero y, por otra parte, no descarta los roles asociados a ser esposa, madre y ama de casa, pero busca sumar otras facetas igualmente importantes y necesarias para el desarrollo integral de la mujer, como ser líder, trabajadora, gerente y maestra.

Ahora que ya mi niñez quedó atrás, sigo observando qué sucede con estos mensajes y con los procesos de la formación de la femineidad. Hace no mucho tiempo me encontré con el maravilloso caso de Goldie Box (www.goldieblox.com). Fundada por una ingeniera de Stanford (Debbie Sterling) es una línea de juguetes diseñada para enseñar a las niñas cómo funcionan las cosas y, así, darles un espacio en el pensamiento precursor de las ciencias. Se autodenominan juguetes para futuras innovadoras. No significa esto un “no más muñecas” sino sumar a las opciones  existentes nuevas formas de estimular la imaginación y la curiosidad intelectual. Me pareció una gran idea y apenas pueda, compraré algún juguete para probarlo.

Goldie Box tuvo mucha atención en el mundo de la tecnología porque se conecta con la discusión sobre cuál es y podría ser el papel de las mujeres en el mundo tecnológico y científico, tradicionalmente masculino. Los niños estudian ingeniería, las niñas estudian educación: este estereotipo quizá ya no exista como tal, pero es un hecho que hay una gran oportunidad de aumentar la participación de la mujer en este sector.

Esto es importante no solo porque es interesante abrir opciones a esta participación, sino porque las mujeres podemos aportar una visión propia y complementaria a la masculina, que enriquece la forma en la que se piensa y se crean las nuevas tecnologías. Además, varios organismos multilaterales y ONG del mundo, destacan que educar a las mujeres tiene un impacto significativo en el progreso de las sociedades, ya que esta educación se propaga y multiplica en la familia y la comunidad.

A propósito del día internacional de la Mujer, se encendió un poco más el tema. Por ejemplo, desde España, el Ministerio de Educación comentaba que la presencia de la mujer ya es predominante en casi todas las carreras y que todavía en las vinculadas a la formación técnica y temas tecnológicos, no sobrepasa un 30 por ciento. En Argentina, la proporción femenina en aulas de tecnología ha ido en aumento, incrementándose un 6 por ciento en 2012-2013. En México, para el cierre de 2013, según Promexico, un 26 por ciento de los egresados de carreras técnicas eran mujeres.

Megan Smith, de Google,  ha relatado que hay dos factores claves a modificar para incentivar el acceso de la mujer al mundo tecnológico. El primero, incluir los temas de tecnología mucho más temprano en el proceso educativo a niños y niñas; nuestra vida está siendo moldeada de manera significativa gracias a la relación con nuevas tecnologías y dispositivos, y esta formación temprana ofrece una educación integral más completa. En segundo lugar,  los métodos de enseñanza deben evolucionar por tantas razones, siendo una de ellas el adaptar estos métodos a las necesidades actuales y cualidades de los niños de hoy, mucho más ávidos de experimentar, vivenciar y entender el por qué de las cosas.

Una iniciativa muy interesante en este sentido, es Women 2.0, un hub de contenidos especialmente diseñados para inspirar, formar y conectar a la siguiente generación de lideres en tecnología, la que precisamente se está formando ahora mismo, destacando algunas estadísticas: 30 por ciento de los trabajadores en tecnología son mujeres; 10 por ciento de mujeres fundadoras de start-ups, y 24 por ciento de noticias en tecnologías están relacionadas con mujeres (en USA).

 

Al final del día, la vocación y el proyecto de vida son temas personales y autónomos, no se trata de  forzar el llegar a un porcentaje de participación del 50 por ciento. Se trata de hacer las modificaciones necesarias para que el sistema mantenga abierta para las niñas la opción de una mejor educación e incluir entre sus alternativas factibles de formación y desarrollo a las carreras científicas y tecnológicas. Para que aquellas que libre y concientemente así lo decidan, se les augura una gran probabilidad de ser felices con su profesión. 

Redacción Adlatina

Por Redacción Adlatina

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