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DESPUÉS DE 131 AÑOS DE TRAYECTORIA

Triste final para la más veterana revista femenina de Estados Unidos

(Advertising Age) – En esta nota, una editora refleja la vida de la publicación y las causas de su desaparición como revista mensual.

Triste final para la más veterana revista femenina de Estados Unidos
Una reciente edición de Ladies' Home Journal, que está desapareciendo como publicación mensual.

¿Puede salvarse esta revista? Desgraciadamente, no. Ladies' Home Journal, la más antigua publicación femenina de Estados Unidos, cesará su edición mensual con su número de julio. Un vocero de su propietario, Meredith Corporation, dijo que el título, de 131 años de trayectoria, seguirá sólo como una revista trimestral de venta exclusiva en puestos callejeros.

Qué triste final para un medio que fue alguna vez considerado la más importante revista de mujeres. Lanzada en 1883 por Cyrus Curtis -que también lo hizo con The Saturday Evening Post, LHJ arrancó de la popular página femenina de la primera publicación de Curtis, un periódico para los hombres de campo. Su esposa fue la primera editora, y el segundo, un inmigrante holandés llamado Edward Bok, fue el genio editorial que transformó al Journal en una revista masiva para millones.

A comienzos del siglo XX, Bok tenía una gran percepción de lo que le interesaría a los lectores “modernos”. En cada edición hacía notar a las celebridades del tiempo, incluyendo generales de la Guerra Civil, actrices, presidentes y miembros de la familia real británica. También lanzó una cruzada contra las patentes medicinales populares, productos del alcohol y el opio, a los que eran adictas muchas mujeres de la clase media en ese entonces. Y escribió editoriales directos e impactantes para alertar a las mujeres sobre enfermedades sexuales como la sífilis.

A través de las décadas, la revista tuvo sus altos y bajos, pero no obstante ello, muchos consideran que la edad dorada de LHJ y otras publicaciones de gran circulación para el servicio de las mujeres –conocidas como las “siete hermanas”- fueron las décadas del ‘40 y ‘50. En esos momentos estaba al frente de la empresa un matrimonio, Beatrice y Bruce Gould, que publicó fuertes noticias sobre la Segunda Guerra Mundial para esposas y madres del frente hogareño, y lanzó la serie más famosa de la revista, "Can This Marriage Be Saved?", como forma de enseñar a las parejas el valor de la consejería matrimonial. LHJ fue entonces tan prestigiosa que Marilyn Monroe se quejó ante Edward R. Murrow de que aunque ella aparecía en muchas tapas de revistas, era infeliz porque nunca había estado en la de Ladies’ Home Journal.

En los años ‘70s un grupo de feministas creyó que LHJ no reconocía la importancia del incipiente movimiento y los cambios que ocurrían en la vida de las mujeres. Las activistas protagonizaron una sentada frente a la oficina del editor en jefe John Mack Carter, quien accedió a publicar su manifiesto. Después dijo que lo había hecho porque temía que las mujeres no lo dejaran salir de su oficina hasta el baño.

Yo llegué a ser editora de LHJ a principios de los ‘80s, cuando la revista atravesaba nuevamente serios problemas. El título estuvo a la venta durante un tiempo breve después de que yo arribé y no había grandes compañías editoras que se interesaran por comprarla. Finalmente lo hizo un empresario con muy poco dinero. Pero apoyó los cambios que yo había hecho. Con la ayuda de un staff talentoso, un fuerte equipo de publicidad y la aparición de la princesa Diana, que frecuentemente estuvo en las tapas, la revista volvió a ser popular y muy redituable. El empresario la vendió después de apenas unos pocos años a la Meredith Corporation por 90 millones de dólares.

En los últimos años LHJ fue dañada por la competencia de los websites, un nuevo grupo de revistas femeninas y el hecho de que sus lectores ya rondan los cincuenta años de edad. Los anunciantes no quieren a los baby boomers, aun cuando los boomers siguen siendo el grupo demográfico mayor y de más potencial económico. En consecuencia, los editores abandonaron a sus lectores más leales y comprometidos, las compañías editoras se desinteresaron de ellos y no apoyaron el contenido dirigido a ese segmento del público.

Así que, es cierto, es muy triste ver desaparecer a una gran revista, particularmente cuando es una que en sus mejores tiempos fue distinguida y diferente. Pero habrá que recordar el slogan de Ladies' Home Journal, que fue el más amado de cualquier revista: "Never Underestimate the Power of a Woman." Y aun cuando muchos han catalogado a la revista como fuera de moda, yo puedo garantizar que la gente escuchará mucho sobre ese slogan en la elección presidencial de 2016, cuyo ciclo ya se acerca.

 

(La autora de la nota, Myrna Blyth, es ex editora en jefe de Ladies’ Home Journal)

Redacción Adlatina

Por Redacción Adlatina

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