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UNA SÓRDIDA PERSPECTIVA

El nuevo iPhone corre el riesgo de convertirse en otra New Coke

(Advertising Age) – Hay razones de diseño para reemplazar a la anticuada ficha por donde se cargan los teléfonos. Pero no todos apreciarán la modificación en el iPhone.

El nuevo iPhone corre el riesgo de convertirse en otra New Coke
La autora, Megan McArdle, es columnista de Bloomberg View y fundadora del blog Asymmetrical Information.

Probablemente usted haya pensado: “Oh, ojalá yo pudiera cargar mi teléfono mientras estoy escuchando música”. Si es así, usted tiene suerte. El nuevo iPhone de Apple, presentado el miércoles, no tiene la tradicional ficha de 3,5 milímetros. Usted puede escuchar música a través de la misma ficha con la que carga el teléfono, o puede comprar auriculares inalámbricos. Los usuarios de Internet están poco entusiasmados con la noticia.

Para ser justos, hay razones de diseño para hacer eso. Como escribió David Pogue, la ficha anticuada es una pieza de museo de la tecnología. Ha estado más de 50 años en uso. “Como resultado”, dice Pogue, “es voluminosa, y en un teléfono, ser voluminoso equivale a morir”.

El alejarse de este titán del pasado hará un teléfono más delgado, o dejará lugar para una batería más grande. Abrir un espacio en un teléfono también hace más fácil convertirlo en un aparato a prueba de agua. Y librarse de la ficha elimina un punto posible de fallas, ya que la fricción no es buena para las partes.

Para la gente que le da un alto valor a un teléfono delgado, este será un buen movimiento; ellos cambiarán a auriculares inalámbricos o usarán la ficha iluminada. Pero hay otros que nunca han perdido sus teléfonos en el agua. Nosotros reemplazamos nuestros iPhones cuando la batería se muere, un evento que tiende a producirse mucho tiempo antes de que se rompa la ficha de los auriculares.

Hay gente que lleva sus teléfonos en viajes largos, y deben cargarlos mientras hacen llamadas de trabajo, y no quieren andar a tientas buscando adaptadores. A algunos de nosotros no les molesta que el teléfono es meramente un aparato delgado a la moda, o directamente anoréxico. Para esos grupos, el movimiento de Apple representa un trivial beneficio: la comodidad vital que los economistas llaman “opción de valor”. La opción de valor es básicamente lo que suena: la opción de hacer que algo que es bueno para tener, aunque usted nunca termine de utilizarla. Esto ocurre porque se incrementa el rango de posibilidades, y algunas de esas posibilidades puede ser mejor que sus actuales alternativas. Mi ejemplo favorito de opción de valor es el famoso economista que me dijo que un día había tratado de discutir con su esposa ordenar siempre una entrada extra, que nunca había probado antes, cuando compraban comida en un restaurante chino. Seguro, esa entrada extra les costaba dinero. También podía ocurrir que nos les gustara. Pero esa entrada nueva tenía una opción de valor incluida en ella. Y ellos podrían descubrir un día que la nueva entrada era mejor que los platos que normalmente ordenaban, y eso movió toda la familia a un uso de mayor valor de sus dólares dedicados a la comida china.

La opción de valor puede hacer una gran diferencia en el negocio. Recuerde el reemplazo espectacular (debacle incluida) de la Coke Classic por la New Coke. La firma venía perdiendo mercado ante las colas diet, y ante Pepsi, que era más dulce y que la gente prefirió en los tests de sabor. Por eso Coke desarrolló una fórmula moderna que funcionó bien en los focus groups. Pero, es claro, hubo unos cuantos reticentes que gustaron de la vieja bebida, pero la abumadora mayoría gustó del nuevo sabor. En 1985, la compañía retiró su bebida y la reemplazó con un rostro renovado.

Los consumidores se enojaron mucho. La compañía fue inundada con quejas. En cuestión de meses, la vieja fórmula volvió a las góndolas como Coca-Cola Classic. Y ahí ocurrió algo extraño: la vieja fórmula no sólo tuvo mejor performance que la New Coke, sino que también superó a Pepsi. Perder la opción de valor de tener una bebida familiar disponible le recordó a la gente cuánto habían gustado de la fórmula vieja y por qué la habían probado, y empezaron a usar esa opción más a menudo.

Apple puede terminar enfrentando un dilema similar. Aun cuando el número de gente que está atada a sus auriculares sea pequeño, existe el riesgo de que esas personas estén realmente apegadas, mucho más apasionados en el asunto que la gente que hubiera preferido tener un teléfono delgado. Y perder esa opción puede recordar a otros que han gustado tener disponible una toma de corriente, aun cuando no la usaran tanto.

Si la gente no puede conseguir una ficha de auricular de parte de Apple, pueden decidir mirar a un teléfono que pueda dársela. Desafortunadamente para Apple, toma mucho más tiempo diseñar y producir un nuevo modelo de teléfono que hacer un cambio en una planta embotelladora para hacer una bebida desde una receta probada y confiable. Si eso sale mal, los consumidores de Apple no serán los únicos que deseen tener mejores opciones.

 

 

Redacción Adlatina

Por Redacción Adlatina

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