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EL ESPACIO DE ALBERTO BORRINI

El fútbol no es tan importante, pero las marcas no pueden vivir sin goles

El columnista de adlatina.com reflexiona sobre la relevancia del fútbol en la vida cotidiana de las personas y el lugar que ocupa en la economía mundial. "Debido a su ímpetu, la industria del deporte crece más rápido que el PBI, y el marketing deportivo aumenta más que el promedio de la inversión publicitaria en general", dice Borrini.

El fútbol no es tan importante, pero las marcas no pueden vivir sin goles
“El fútbol generó más dinero que todos los otros deportes y tuvo ingresos anuales por más del 40 % del total de la industria deportiva”, expresa Borrini.

“Casi todo es más importante que el fútbol”, dice un spot del Banco Santander. “Pero no sería lo mismo sin el fútbol”, concluye.

En vísperas de otra Copa del Mundo, las marcas compiten entre sí por demostrar que son las mejores hinchas de la Selección Nacional. Los primeros resultados ya se conocen: han vuelto los planes de financiación en 12 cuotas sin interés para la compra de electrodomésticos, abandonados por la inflación unos meses atrás, y Cablevisión apuntó sus baterías con similar propósito para aprovechar el entusiasmo y aumentar la cantidad de abonados al cable.

Vicente, el almacenero de mi barrio, es un acérrimo crítico del estado actual del fútbol. Se comprende: es de Independiente y su desconsuelo se renueva cada semana. Le propongo, entonces, abstenernos de tratar el tema. Pero replica: “Sí, pero entonces, si no es de fútbol, ¿de qué vamos a hablar?". El fútbol se ha convertido, es cierto, en el principal tema de conversación de los argentinos, y gracias a Dios, porque de lo contrario tendríamos que hablar de cosas peores sobre las que mejor hablar lo menos posible.

No obstante, no hay como la inminencia de una Copa del Mundo para darse cuenta de que el planeta se mueve al ritmo de una pelota de fútbol. Por algo ambos, la Tierra y la pelota comparten la misma forma esférica. “La pelota es el mejor objeto que rueda”, dijo hace más de medio siglo un amigo, el sociólogo Julio Mafud.

Conocí personalmente a Mafud cuando estudiábamos, los dos, en la Escuela Superior de Periodismo. Fue a principios de la década de 1950; años después, en 1967, Mafud publicó uno de los primeros tratados sobre el deporte: “Sociología del fútbol” (AméricaLee, 1967). Siempre lo recuerdo en estas ocasiones porque,  después de tomar a la pelota como ejemplo de perfección, añadió que “por ende, es el que da más cabalmente la idea de movimiento y de vida…”. Mafud aborda al fútbol en su libro desde todos sus componentes además del principal, la pelota. Estudia a fondo la naturaleza del jugador, el hincha, la cancha y, de manera especial, el Gooooooool..

Lo que no pudo prever Mafud es la magnitud alcanzada por el fabuloso negocio del fútbol, al que trata apenas a vuelo de página bajo el título de “Economía del fútbol”, donde señala que en 1966 ( todavía en la prehistoria económica del negocio ) la deuda con el gobierno de todos los clubes argentinos sumaba 100 millones de pesos, una suma insignificante si se la pone al lado de los miles de millones que cuesta el fútbol actual, sobre todo en los países europeos, donde incluso los más grandes y más prósperos clubes adeudan a Hacienda miles de millones de euros.

Pero en España, por ejemplo, ¿quién se atreve a reclamarle al Barcelona o al Real Madrid los mil millones de euros que deben en conjunto? Nadie, y menos aún el acreedor, porque son los dos mayores y más admirados “partidos políticos” del país, los que ayudan a paliar la caída del consumo, de la inversión y hasta el aumento del desempleo.

He estado recopilando, con paciencia estadística, los datos de un deporte que merece, en su nueva dimensión, los más contrastados calificativos. En 2012, según un trabajo publicado en El Cronista y la revista Apertura, basado en datos originados en el sitio www.diariogol.com, el fútbol generó más dinero que todos los otros deportes y tuvo  ingresos anuales por más del 40% del total de la industria deportiva. Debido a su ímpetu, la industria del deporte crece más rápido que el PBI, y el marketing deportivo aumenta más que el promedio de la inversión publicitaria en general.

No sorprende que los deportistas encabecen ránking por ingresos publicitarios de las celebridades, a tal punto los clubes aceptan pagar decenas de millones por la compra de un jugador, pero son inflexibles acerca de la propiedad de los “derechos de imagen”, es decir sus ingresos publicitarios. Messi es el mejor jugador también en este terreno, con ingresos mundiales cuyo monto solo lo conoce su club, Barcelona, y su padre, a cargo de sus finanzas.

Más datos. Las fuentes citadas estiman que el sector tiene un valor de entre 350 mil y 450 mil millones de dólares, entre infraestructuras, bienes deportivos, licencias y eventos, y su facturación se ubicaría entre 45 mil y 50 mil millones de la misma moneda. Solo en Europa, los ingresos futbolísticos rondarían  15 mil millones de euros, la mitad de los cuales provienen de las cinco grandes ligas: las de Alemania, España, Inglaterra, Italia y Francia.

Alberto Borrini

Por Alberto Borrini

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