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EL ESPACIO DE ALBERTO BORRINI

Gustavo Peña, el desconocido más conocido de la televisión

El columnista de Adlatina narra hoy la breve historia del protagonista del comercial de Trivago y plantea “cómo deben de envidiarlo los políticos, en especial en tiempos de campaña electoral, y en general todos aquellos que buscan la fama y saben cuánto cuesta lograrla”. Al final de la nota, el spot para ver.

Gustavo Peña, el desconocido más conocido de la televisión
“Sí, usted lo conoce —arranca Borrini, y sigue, en tono de broma—: Es más, probablemente, lo vea más veces por día, en la pantalla, que a su hijo adolescente”.

Sí, usted lo conoce. Es más, probablemente, lo vea más veces por día, en la pantalla, que a su hijo adolescente. Pero no sabe su nombre, ni formación profesional y nacionalidad, porque en los anuncios en que aparece, los productores han cuidado que se exprese en un tono neutro, con el que pueda identificarse cualquier televidente de la región por la que circula la publicidad.

No sabe su nombre porque lo tapa la marca que promueve, Trivago, con una insistencia abusiva cuando interrumpe, desde las tandas, varias veces la emisión de una misma película o teleserie.

Gustavo Peña nació en España, en Las Palmas de Gran Canaria, y creció en otras islas, en Mallorca. Pese a que vivió en varios países, y que actualmente reside en México, país que adoptó como propio, en reportajes realizados por fuera de la publicidad se lo escucha tan castizo como si nunca se hubiera alejado demasiado de la Gran Vía.

Es fácil imaginar, con tanta presencia en cámara y tanta llegada a hogares de toda la región, sin distinción de clases, cómo deben de envidiarlo los políticos, en especial en tiempos de campaña electoral, y en general todos aquellos que buscan la fama y saben cuánto cuesta lograrla. Y hasta muchas personas comunes en una época como la presente, en que la televisión, y en general los medios, han dejado de ser ventanas abiertas a otros lugares, otras personas y otras culturas para convertirse en espejos. Espejos en los que hay que mirarse cotidianamente, para saber cómo somos y, sobre todo, cómo nos ven los demás.

Su principal hobby son los deportes; confiesa que alguna vez tuvo el sueño de ser tenista profesional, pero recaló en la actuación. Fue decisivo presentarse, a los 17 años, a un casting que le permitió hacer un pequeño papel en Las crónicas de Narnia, que lo llevó a estudiar en la Academia de Cine de Nueva York, primero, en una institución similar en Madrid después y finalmente en el Centro Artístico de Televisa. Actuó en varias telenovelas, donde conquistó, con su apostura y su sonrisa, a los productores de Trivago, publicidad en la que acumula miles de presencias televisivas.

Se declara “mejicano de corazón”, país donde lleva residiendo más de cinco años. Como no podía ser de otro modo, de tanto invitar a descubrir los hoteles de mejor precio, su pasión es viajar, hospedarse no en los mejores, sino en los “más chicos cerca de una playa”, siempre con el propósito de buscar el mayor contacto posible con la naturaleza.

Si le dieran e elegir un destino turístico, no duda en mostrar su entusiasmo por las Maldivas (ojo, no Malvinas), un paradisíaco archipiélago situado en el océano Indico, cerca de la India, donde selvas y playas son inigualables. Un destino que Peña parece egoístamente guardar para sí, porque nunca lo mencionó en los anuncios de Trivago, el mayor rastreador de hoteles del mundo.

 

 

Alberto Borrini

Alberto Borrini

Por Alberto Borrini

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