Publicidad Argentina

EN LA UNIVERSIDAD DE PALERMO

Pablo del Campo presentó su libro entre viejos discípulos

La versión para estudiantes de “The blank page drama”, editada con el apoyo de la UP y la Asociación Argentina de Publicidad, se explicó en un reencuentro de ex compañeros de Saatchi & Saatchi.

Pablo del Campo presentó su libro entre viejos discípulos
Arriba, Damián Armocida, Oscar Echevarría, Adrián Aspani, Patricia Martin, Ignacio Ferioli, Juan Pablo Lufrano, Ariel Serkin y Andrea Mendelevich; abajo, Gastón Bigio, Andrea Papini, Diego Medvedocky, Pablo del Campo y Rafael Santamarina.
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El drama de la página en blanco (The blank page drama, según reza en su portada) ya había sido publicado, en edición para regalo y a gran tamaño, hace un par de meses, y explicado por su autor en conversación con Adlatina en la nota Pablo del Campo: “Una página en blanco, como todo drama, puede ser inspiradora”. Ahora fue el turno de su presentación ante estudiantes, en edición especialmente pensada para ellos con el apoyo de la Universidad de Palermo y la Asociación Argentina de Publicidad, en el auditorio del sexto piso de la facultad de Diseño y Comunicación de la UP y entre muchas caras conocidas: algunas subieron al escenario a explicar su participación en varias de las campañas descriptas y otras vivieron en silencio su emoción desde las butacas.
La noche arrancó con palabras de Patricia Martin, gerenta general de la AAP y ex compañera de Del Campo tanto en la facultad como en distintas agencias, quien destacó que el gran espacio de formación que definió el futuro del creativo fue la icónica agencia Lautrec Nazca Saatchi & Saatchi de la calle México.
“Sería una agencia inviable hoy en día —completó Del Campo apenas tomó la posta y se adueñó de la escena durante las siguientes dos horas—, porque uno de sus dueños, Raúl Salles, sostenía que redactores y directores de arte necesitaban lo que él llamaba ‘ocio creativo’ para crear mejor; actualmente está todo tan optimizado que nadie sostendría una postura semejante”.
Aquella agencia inviable, cuyos procesos de trabajo se basaban en lo que Salles y su socio Gianni Gasparini habían bautizado calidad total y que tenía en el centro del edificio una cámara Gesell que les permitía poner al consumidor en el medio de cada campaña, le permitió a Pablo del Campo conocer al gurú creativo que marcaría su carrera: el australiano Bob Isherwood, entonces director creativo mundial de Saatchi y este año responsable del prólogo del libro de Del Campo. Gastón Bigio, actual CEO de la agencia David y en algún momento DGC de Del Campo Saatchi, fue el encargado de leer en público el prólogo, cuyo cierre provocó aplausos: “Desearía que se hubiese publicado al comienzo de mi carrera; mi trabajo se hubiera visto beneficiado”, afirma Isherwood en él.

Creative stimuli
Presentada de este modo la obra, lo que siguió fue una sucesión de casos explicados tanto por el autor del libro como por los creativos responsables, que en su momento quizás eran trainees en Del Campo Saatchi y hoy son DGCs en distintas agencias. Así pasaron por el escenario Rafael Santamarina (hoy, co-DGC de Santo) para contar una campaña de Schweppes; Diego Medvedocky (DGC de Grey Latam) para explicar el Chocolatómetro de Cadbury; Ariel Serkin (otro co-DGC de Santo) para recordar el proceso de creación de I Will Survive de VH1; nuevamente Bigio, ahora para detallar cómo llegaron al spot Pangea para el Zoológico de Buenos Aires; Juan Pablo Lufrano (el último co-DGC de Santo) para narrar entretelones de los regateadores de Marruecos para la cerveza Andes; Ignacio Ferioli (DGC de David) para elogiar la simpleza de una campaña gráfica para Sony Cybershot, y Adrián Aspani (hoy productor ejecutivo en La Doble A y durante años productor audiovisual en Del Campo) para hablar de las dificultades de producción de Teletransporter para Andes.
Mientras iba invitándolos a pasar, Del Campo iba mencionando qué estímulo creativo había sido el principal responsable del éxito en cada caso, y así mencionó las experiencias personales, la curiosidad, las ganas, la capacidad para ponerse en los zapatos de otro, el conocimiento, la capacidad para hacerse preguntas y, finalmente, las motivaciones personales: al nombrarlas, el publicitario confesó que una campaña gráfica de sus tiempos de Lautrec había sido pensada para que el DGC mundial Bob Isherwood le prestara atención, y que la acción Casi idénticos, creada en 2013 para Beldent, se había planeado para ganar la distinción a la mejor idea de la red, que Saatchi premiaba con un viaje a Cannes Lions para todo el equipo responsable.
Como cierre, y tras explicar que su objetivo siempre fue pensar ideas que fueran “mucho más allá de la publicidad”, Del Campo destacó su obra de teatro Casi normales como su mejor creación (“una persona fue a verla más de 70 veces y una espectadora se tatuó ‘soy casi normal’ en la espalda”, contó, hinchado de orgullo) y el partido La batalla de las superficies (disputado en Palma de Mallorca entre Roger Federer y Rafael Nadal en una cancha mitad césped y mitad polvo de ladrillo) como el premio a haber sabido combinar pasión y conocimiento con azar.

 

Fotos cortesía de la Facultad de Diseño y Comunicación (CPDC) de la Universidad de Palermo.

Redacción Adlatina

Por Redacción Adlatina

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