Negocios Argentina

ENTREVISTA CON JUAN MANZIONI, GERENTE COMERCIAL DE BODEGAS TRAPICHE

“El desafío es lograr que los vinos argentinos se pongan de moda entre los chinos”

(Por Alfredo Sainz, especial para adlatina.com) - De a poco, las empresas latinoamericanas están descubriendo el potencial comercial que ofrece la incipiente clase media china. Apuntando a este target –conformado por más de 150 millones de ciudadanos chinos que ya cruzaron la línea de la pobreza- la bodega argentina Trapiche acaba de inaugurar una oficina en la ciudad de Shangai, que concentrará l

“El desafío es lograr que los vinos argentinos se pongan de moda entre los chinos”
“Nosotros estamos mirando a futuro y creemos que China está en camino en convertirse en una potencia mundial en este negocio”.

En la actualidad, la Argentina es el séptimo país del mundo en volumen de exportaciones de vino a China (detrás de Francia, Australia, Chile, España, Italia y Estados Unidos), con aproximadamente un 2% del total, aunque en el sector se entusiasman con el hecho de que está creciendo a una tasa ligeramente superior a la del resto del mercado y comienza a ser apreciado por los consumidores chinos, que están dando los primeros pasos en el mercado del vino.

“Si bien Trapiche ya tiene un liderazgo internacional entre las bodegas argentinas, con una presencia en más de 80 países, ahora tomamos la decisión de instalarnos con oficinas propias en los que consideramos mercados estratégicos. Los primeros pasos los dimos en México y el estado de la Florida, en Estados Unidos, y nuestro último destino es China, que implica un gran desafío, pero a la vez, también ofrece una campo de desarrollo casi sin límites”, explicó a adlatina.com Juan Manzioni, que acaba de asumir como gerente comercial de la bodega Trapiche, controlada por el grupo Peñaflor, el mayor productor y exportador de vinos de la Argentina.

 

-¿Cuáles son las ventajas que ofrece contar con las oficinas propias?

-Hasta ahora, en estas plazas veníamos trabajando con el modelo tradicional y atendiendo a los mercados desde Buenos Aires, con los consiguientes problemas en el caso de los mercados asiáticos en materia de horarios cambiados, lo que llevaba a vivir prácticamente a contramano. Ahora podemos hacer un mejor trabajo, con un mayor seguimiento del día a día y un foco puesto en la gastronomía. Además, al no delegar las operaciones de importación en un tercero, se puede trabajar mucho mejor en la construcción de imagen de la marca.

 

-¿Cómo están trabajando en estos mercados?

-En Shangai la oficina está a cargo de un ejecutivo español, que trabajó mucho tiempo en la Argentina y lo elegimos porque tenía mucha experiencia en el mercado chino y entiende el perfil del consumidor. En México y la Florida, en cambio, tenemos ejecutivos argentinos, que hasta el momento estaban viajando y ahora se asentaron en esos mercados.

 

-¿Trapiche ya estaba exportando a China?

-Sí, desde hace tiempo venimos trabajando con China y la región, y la idea de abrir la oficina en Shangai es atender a otros mercados del sudeste asiático.

 

-¿Y cuál es el potencial que tiene el vino argentino en China?

-En el último tiempo se empieza a ver un comportamiento diferente del público consumidor chino. En un primer momento, solo la clase alta era consumidora de vino, con una inclinación muy marcada a elegir los vinos europeos que ofrecían una apuesta más segura. Hoy, en cambio, se empieza a sumar un consumidor de clase media, que está más abierto a probar cosas nuevas y está descubriendo a los vinos argentinos. Los vinos del Nuevo Mundo además son amables y se adaptan mejor a un paladar no tan desarrollado como es el chino. Si bien las etiquetas francesas siguen liderando el mercado de importados, se está frenando el crecimiento en beneficio de otros vinos provenientes de Australia, Chile o en menor medida, la Argentina. Ahora el desafío es lograr que los vinos argentinos se pongan de moda entre los chinos.

 

-¿Cuál es la imagen que tiene el vino argentino?

-En China estamos muy apalancados con los símbolos típicos de la Argentina, como el tango, que sigue funcionando muy bien. El portafolio de marcas es muy similar al que ya tenemos en el mercado doméstico, aunque no siempre está alineado en precios en forma similar, con las líneas varietales y robles y las diferentes marcas, y lo único que tuvimos que adecuar fueron las contraetiquetas. A esto se suma que el precio de los vinos en China está muy afectado por una alta carga impositiva debido a los impuestos indirectos y aranceles de entrada, con lo cual el precio de  un vino salido de la bodega en Mendoza, puede verse en China multiplicado por cuatro en una tienda especializada o en un supermercado y hasta por diez en la carta de un restaurante, lo que lo torna un producto que queda muy lejos del consumo diario.

 

-¿Qué porcentaje de la producción de Trapiche se exporta?

-Hoy estamos con un mix de 60% de las ventas en el mercado interno y un 40% para exportaciones, mientras que hace unos años estábamos en un 50 y 50 por ciento. Lo que pasa es que por la inflación en dólares, cada vez cuesta más exportar las líneas de primer precio porque afuera no convalidan las subas de precios, con lo cual se perdieron algunos mercados para los vinos argentinos. En este contexto, nosotros estamos mirando a futuro y creemos que China está en camino en convertirse en una potencia mundial en este negocio. Igualmente, los mercados número uno para Trapiche continúan siendo Estados Unidos y Canadá y también tenemos una presencia importante en Japón, donde tenemos más historia y ya estábamos trabajando con un importador local, que conoce muy bien el mercado.

 

 

Redacción Adlatina

Por Redacción Adlatina

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